lunes, 6 de febrero de 2012

La construcción de un mito popular


De Villa Santo Domingo de Soriano al Pueblo José Enrique Rodó...

Doña Celestina, patrimonio humano de José Enrique Rodó
 
“Doña Celestina, la construcción de un mito popular” se titula el libro recientemente publicado por Dostin Armand Pilón, y que ya va por su segunda edición. Nació con la idea de revalorizar el “patrimonio humano” de José Enrique Rodó, donde Doña Celestina “fue una figura trascendente” para la localidad.  Sobresaliendo no solamente como “la curandera del pueblo”, sino por su personalidad solidaria que repartía “papas, boniatos, pan dulce” entre los menos pudientes en Navidad, o “sacaba de su propio bolsillo para pagarle  los pasajes y las consultas médicas a las personas que la iban a consultar”. Dostin Armand Pilón nos cuenta los motivos que lo llevaron a escribir el libro, y algunas anécdotas de este singular personaje, aún vigente en los relatos orales de la localidad.

¿Quién era Doña Celestina?
-Fue una  figura trascendente en la primera mitad del Siglo XX,  acá en José Enrique Rodó, que por ese entonces era denominada Drabble.  Era conocida por sus dones de videncia y sanación. Además un dato fundamental es su personalidad y su forma de vida. Hoy estamos  acostumbrados a considerar  la solidaridad como un hecho ocasional ante un acto puntual, sin embargo  hay personas que tienen este tipo de acciones como una forma de  vida, y Doña Celestina se enmarca dentro de ese contexto. Fue una figura trascendente para José Enrique Rodó y también para el departamento; incluso hay gente de la República Argentina que llega al lugar para hacerle ofrendas y en su momento para consultarla.
En la primera mitad del Siglo XX  para Rodó era un hecho importante ya que los ómnibus paraban  frente a su casa, donde bajaba gente para ser atendida por ella.

¿Pero ella era una curandera de campaña, o algo más que eso?
-Puntualmente era una curandera de campaña. Tenía características diferentes a partir de que no cobraba. Nunca puso precio a su atención, ella decía que lo que Dios le daba por una mano se lo devolvía por otra. Por ejemplo hacía dos actos al año, el 15 de marzo, el día de San Isidro Labrador en donde encargaba pan a la Panadería de la localidad que distribuía entre la gente  más humilde de Rodó o de su barrio, que era el extremo Sur. Otra de las acciones que cumplía era el 25 de diciembre, cuando repartía papas, boniatos, pan dulce.
Su forma de vida era austera. No se apartó de lo que era la regla general de ese momento.
Las anécdotas que existen la marcan con una efectividad  mayor a la que  se considera para este tipo de curanderas, y además su labor social, que era muy importante a partir de la solidaridad. Tenía la solidaridad como una forma de vida y no como un hecho puntual.

Con personajes de estas características hay  dos visiones opuestas. Por un lado los que creen y no cuestionan nada, y los escépticos.
En tu visión esas historias sobre Doña Celestina, ¿qué tanto de veracidad tienen?
-En su  momento fue cuestionada. Incluso hay información de su detención por curanderismo, allá por los años 40. Era resistida por parte del primer médico que hubo en la localidad, el Dr.  José Debare. Pero Doña Celestina al tener una apertura poco normal para la época, donde sacaba de su propio bolsillo para pagarle  los pasajes y las consultas médicas a las personas que la iban a consultar, eso  cayó.
La historia de Celestina tiene su base fundamental en el relato oral,  que ha construido una verdadera leyenda. Es cierto, existen dos posturas en torno a este personaje. Unos que aseguran que poseía poderes, que era un ser superior, o una emisaria de algo superior. Otros que ponen en dudas sus dones. Pero el hecho de que no haya utilizado esos poderes en beneficio personal hace que  los que argumentan en contra no encuentren  motivo inmoral para criticarla. Al contrario lo que revaloriza este tipo de personajes es la esencia humana, que es el  patrimonio fundamental que nos regala la figura de doña Celestina, y a partir de ahí es que se propaga a través del tiempo.




DOÑA CELESTINA CONDE

ENORMES OJOS: Que representan lo extraordinaria videncia que poseía, predicando acontecimiento más allá de su excistencia.

EL MUNDO: Unió dos continentes; nacida un 29 de marzo en las Islas Canarias y llegando a estas tierras a temprana edad.

LAS MANOS: 1- Siempre extendidas, humildes y generosas.
2- Frecuentemente comentaba:
"Con una mano se recibe y con la otra se da"
3- Todos los 15 de mayo día de san Isidro Labrador mandaba a su esposo a recorrer el pueblo junto al panadero repartiendo pan a los más necesitados.

LA CRUZ: Respresenta su fe cristiana ya que profesaba la religión católica.

Falleció el 8 de abril de 1953 en su domicilio habiendo comentado...
"Hasta marzo me veo pero en abril ya no"




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Nota extraída de  Hum Bral
Por informes o reservas de libros, contactarse con Dostin Armand Pilón (Autor del Libro) 099 323 807. E-mail: dostinapc@hotmail.com


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